Joachim Schmid

Joachim Schmid comenzó su carrera como crítico, argumentando apasionadamente contra las nociones predominantes de la fotografía artística y a favor de una visión amplia y abarcadora del medio como forma de práctica cultural. A finales de los 80, cambió su enfoque hacia la formulación de esos argumentos en su propio arte, que se basa principalmente en la fotografía encontrada. En ese momento, Schmid vivía cerca de uno de los mercados de pulgas más grandes de Berlín, y su amplia colección de fotografías vernáculas constituyó la materia prima para muchas de sus trabajos. Su obra refleja una observación minuciosa de la historia de la fotografía y una fascinación por las imágenes mismas, en todos sus aspectos extraños y convencionalizados, pero su riqueza fundamental (junto con el ingenio sardónico que tan a menudo muestra) descarrila cualquier intento de leerla como algo académico.